MATERNAR AZULADAMENTE

Me ha sorprendido la madurez poética de este poemario. La poesía es experiencia transfigurada. En este caso, de la maternidad, una palabra que presagia un desbordamiento sentimental. Pero no es eso lo que encuentro en el texto de Rocío Paricio. Hay mas bien el paso de un relato cosmogónico (“La historia de la vida juega al escondite debajo de mi ombligo”) a la emergencia de la historia cercana (aparecen “nanitas de madre/ que creía olvidadas”); a la vida que reaparece, siempre igual y siempre nueva (“mi infancia se ha venido de vuelta/ a jugar conmigo”).
La maternidad es una mezcla de transcendencia metafísica y de olores cotidianos. Un vaivén incesante de lo grandioso a lo humilde. La madre del poema se encuentra –¿admirada, asustada, conmovida? – viviendo una transformación no prevista del todo.
La gran poética del amor siempre ha insistido en sus aspectos contradictorios (“es hielo abrasador”, “es un descuido que nos da cuidado”, “es una libertad encadenada”, decía Quevedo). Rocío reconoce esas contradicciones en la maternidad, que se prolongan en la crianza.