EL ESCRITOR QUE COMPRO SU PROPIO LIBRO (PARA LEER EL QUIJOTE

Cervantes no sabía que estaba escribiendo una obra maestra universal ni se podía imaginar que estaba inventándose algo nuevo: nada menos que la novela moderna. Muy al contrario: Cervantes escribió los dos libros del Quijote pensando únicamente en ganar algún dinero y por tanto en que el Quijote se vendiera cuanto más mejor. Un libro «de masas», diríamos hoy.
En este ensayo crítico se intentan releer las dos partes del Quijote, capítulo a capítulo, tratando de averiguar cómo Cervantes pudo llevar a cabo ese hallazgo que él jamás sospechó: no sólo la novela como género literario sino la narratividad de nuestras vidas, la forma en que cada uno y cada una iba a aprender a escribir la novela de su propia vida diaria en los tiempos modernos.
Aunque quizá Cervantes sí sospechó algo y tuvo miedo de «no-saber» qué estaba escribiendo. Ese miedo se traslada al propio Quijote en el primer libro (el miedo ante la propia vida elegida), mientras que, en el segundo, el miedo a que la propia vida (simbolizada en Dulcinea) no exista realmente será lo que vaya atravesando el texto de principio a fin. Y por último el miedo a no tener lectores: por eso Cervantes compra su propio libro en el mercado. En el fondo para incitar a los demás a hacer lo mismo.